Se estrenan en el Auditorio del MUAC cinco obras nuevas de música mexicana de cámara. El ensamble de cuerdas, alientos, percusión y piano dirigido por Luis Manuel Sánchez presentará obras de Erick Garcés, Carlos Arturo Hernández, Roberto Morales, Analí Sánchez y Rodrigo Sigal.
Luis Manuel Sánchez, director
Ensamble de músicos invitados
Mariana Chávez, flauta / Diego Cajas, clarinete / Leinad Nuño, corno / Edwin Tovar, percusión / Kaoru Miyasaka, percusión / Carla Benítez, violín / Astrid Cruz, viola / Luz del Carmen Águila, violonchelo / Carlos Rangel, contrabajo / Sebastián Espinosa, piano / Vladimir Ibarra, guitarras acústica y eléctrica
Erick Garcés
Inmortal como un cuerno de caza en el desierto*
Duración aproximada: 9 minutos
Analí Sánchez Neri
Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca*
Duración aproximada: 7 minutos
Carlos Arturo Hernández González
Némesis*
Duración aproximada: 9 minutos
Roberto Morales Manzanares
Correlaciones*
Duración aproximada: 8 minutos
Rodrigo Sigal
Hypervigilant*
Duración aproximada: 11 minutos
* Estreno mundial
Duración total aproximada: 44 minutos
Luis Manuel Sánchez
Director
Luis Manuel Sánchez estudió tuba en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y dirección orquestal con Ismael Campos Tinoco. Como director huésped ha dirigido más de una docena de orquestas en México, Costa Rica y España. De 2007 a 2015 fue director titular de la Sinfónica de Alientos de la Policía Federal y de 2017 a 2020 fue director artístico de la Orquesta Típica de la Ciudad de México. En 2019 fue nominado al Grammy Latino por su participación como director de la Banda Sinfónica de la Facultad de Música de la UNAM (FaM) en el disco Vereda tropical. Actualmente es director titular de la Banda Sinfónica de la FaM y director musical asistente de la Compañía Nacional de Ópera.
Las obras que se presentan en este concierto son resultado de la convocatoria “Resiliencia sonora” emitida por Música UNAM para la elaboración de obras nuevas durante la pandemia de COVID-19.
Inmortal como un cuerno de caza en el desierto, del compositor Erick Garcés Ramírez, toma su título del poema “Objetivismo” del poeta español Leopoldo María Panero. Este poema fue el germen de la obra. A partir de esta imagen, el corno tiene un cierto protagonismo para realizar un llamado que encuentra resonancia en los demás instrumentos. Para seguir también la visión del título, el desierto se manifiesta en la distribución espacial de los instrumentos, que están divididos en tres grupos en el escenario. Los gestos sonoros se contagian, se trasladan, se comunican, resuenan entre los instrumentos, generando una sensación de espacialidad y distancia en las dimensiones del tiempo y el espacio.
Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca de la compositora Analí Sánchez parte del libro Agua viva de la escritora brasileña Clarice Lispector. Esta obra, un monólogo que profundiza en el abismo de la experiencia interna de la protagonista, resonó con la compositora durante el encierro y la incertidumbre pandémica. Frases como “me ahogo porque soy palabra y también su eco”, “hacia qué océano perdido van mis pasos de vida”, o “mis desvaríos me asfixian de tanta belleza” son verbalizadas por cada intérprete, a veces susurradas, a veces disgregadas en sílabas, a veces en texturas apenas comprensibles. La música y el diálogo interno van creciendo y tomando coherencia hasta concluir con una epifanía colectiva, enunciada repetidamente: “estoy viva”, “estoy vivo”, ”estoy viva”.
Némesis del compositor Carlos Hernández (conocido como C. M. Champi) está basada en el antiguo himno órfico a Némesis, la encarnación divina de la justa retribución. “Te invoco, oh Némesis, diosa, augusta soberana [...] Todos los mortales temen al justo yugo que haces pesar sobre su cuello. (....) ¡Ven, oh bienaventurada, y sé siempre favorable a los que celebran tus misterios! Otórgale fuerza al poder de la razón, y ahuyenta los pensamientos odiosos, injustos y soberbios.” La pieza está escrita como una persecución que se va intensificando cada vez más. Es un laberinto, un remolino sonoro en el que se ven atrapados espectadores e intérpretes. Partiendo de una fuerte inquietud por el estado actual de la justicia en México, el compositor invoca asiduamente el poder de Némesis para derrumbar las estructuras que facilitan la violencia y la impunidad.
Hypervigilant de Rodrigo Sigal es una reflexión sobre el estado constante de vigilancia en el que nos encontramos en la actualidad, en el que todas nuestras interacciones son observadas (y, en esta obra, escuchadas) por nuestros dispositivos digitales con el supuesto objetivo de vendernos cosas y facilitar nuestra vida. El compositor juega con un pulso constante que marca la electrónica, que los demás instrumentos a veces siguen y a veces rechazan en un juego de tensión que requiere que intérpretes y público entren en un estado de "hiperatención". Por momentos, el ensamble toma el control de la pieza y marca el flujo de las ideas. Mediante esta exploración del pulso, Sigal cuestiona el uso irracional de las comunicaciones digitales y nos invita a imaginar otros futuros posibles de las tecnologías de la comunicación.
Correlaciones de Roberto Morales es una pieza experimental escrita con el uso de redes neuronales. La obra hace uso de un modelo de aprendizaje por refuerzo, con el que se programó un sistema generativo que fue enriqueciéndose en la medida que se fueron agregando elementos y gestos musicales. El software genera una gran cantidad de materiales que fueron posteriormente reinterpretados para formar esta pieza. El compositor compara el proceso con la elaboración de un mezcal madrecuishe. El agave madrecuishe es silvestre, y hay que salir al campo a encontrarlo, en analogía a la exploración que se realiza en la elaboración del algoritmo. Una vez encontrado el agave y cortada la piña, se pasa por un proceso de cocimiento, molienda, fermentación y destilación en el que la mayor parte del material original se pierde, y lo que queda es una preparación deliciosa e interesante.
Notas: Elisa Schmelkes
Se estrenan en el Auditorio del MUAC cinco obras nuevas de música mexicana de cámara. El ensamble de cuerdas, alientos, percusión y piano dirigido por Luis Manuel Sánchez presentará obras de Erick Garcés, Carlos Arturo Hernández, Roberto Morales, Analí Sánchez y Rodrigo Sigal.
Luis Manuel Sánchez, director
Ensamble de músicos invitados
Mariana Chávez, flauta / Diego Cajas, clarinete / Leinad Nuño, corno / Edwin Tovar, percusión / Kaoru Miyasaka, percusión / Carla Benítez, violín / Astrid Cruz, viola / Luz del Carmen Águila, violonchelo / Carlos Rangel, contrabajo / Sebastián Espinosa, piano / Vladimir Ibarra, guitarras acústica y eléctrica
Erick Garcés
Inmortal como un cuerno de caza en el desierto*
Duración aproximada: 9 minutos
Analí Sánchez Neri
Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca*
Duración aproximada: 7 minutos
Carlos Arturo Hernández González
Némesis*
Duración aproximada: 9 minutos
Roberto Morales Manzanares
Correlaciones*
Duración aproximada: 8 minutos
Rodrigo Sigal
Hypervigilant*
Duración aproximada: 11 minutos
* Estreno mundial
Duración total aproximada: 44 minutos
Luis Manuel Sánchez
Director
Luis Manuel Sánchez estudió tuba en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y dirección orquestal con Ismael Campos Tinoco. Como director huésped ha dirigido más de una docena de orquestas en México, Costa Rica y España. De 2007 a 2015 fue director titular de la Sinfónica de Alientos de la Policía Federal y de 2017 a 2020 fue director artístico de la Orquesta Típica de la Ciudad de México. En 2019 fue nominado al Grammy Latino por su participación como director de la Banda Sinfónica de la Facultad de Música de la UNAM (FaM) en el disco Vereda tropical. Actualmente es director titular de la Banda Sinfónica de la FaM y director musical asistente de la Compañía Nacional de Ópera.
Las obras que se presentan en este concierto son resultado de la convocatoria “Resiliencia sonora” emitida por Música UNAM para la elaboración de obras nuevas durante la pandemia de COVID-19.
Inmortal como un cuerno de caza en el desierto, del compositor Erick Garcés Ramírez, toma su título del poema “Objetivismo” del poeta español Leopoldo María Panero. Este poema fue el germen de la obra. A partir de esta imagen, el corno tiene un cierto protagonismo para realizar un llamado que encuentra resonancia en los demás instrumentos. Para seguir también la visión del título, el desierto se manifiesta en la distribución espacial de los instrumentos, que están divididos en tres grupos en el escenario. Los gestos sonoros se contagian, se trasladan, se comunican, resuenan entre los instrumentos, generando una sensación de espacialidad y distancia en las dimensiones del tiempo y el espacio.
Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca de la compositora Analí Sánchez parte del libro Agua viva de la escritora brasileña Clarice Lispector. Esta obra, un monólogo que profundiza en el abismo de la experiencia interna de la protagonista, resonó con la compositora durante el encierro y la incertidumbre pandémica. Frases como “me ahogo porque soy palabra y también su eco”, “hacia qué océano perdido van mis pasos de vida”, o “mis desvaríos me asfixian de tanta belleza” son verbalizadas por cada intérprete, a veces susurradas, a veces disgregadas en sílabas, a veces en texturas apenas comprensibles. La música y el diálogo interno van creciendo y tomando coherencia hasta concluir con una epifanía colectiva, enunciada repetidamente: “estoy viva”, “estoy vivo”, ”estoy viva”.
Némesis del compositor Carlos Hernández (conocido como C. M. Champi) está basada en el antiguo himno órfico a Némesis, la encarnación divina de la justa retribución. “Te invoco, oh Némesis, diosa, augusta soberana [...] Todos los mortales temen al justo yugo que haces pesar sobre su cuello. (....) ¡Ven, oh bienaventurada, y sé siempre favorable a los que celebran tus misterios! Otórgale fuerza al poder de la razón, y ahuyenta los pensamientos odiosos, injustos y soberbios.” La pieza está escrita como una persecución que se va intensificando cada vez más. Es un laberinto, un remolino sonoro en el que se ven atrapados espectadores e intérpretes. Partiendo de una fuerte inquietud por el estado actual de la justicia en México, el compositor invoca asiduamente el poder de Némesis para derrumbar las estructuras que facilitan la violencia y la impunidad.
Hypervigilant de Rodrigo Sigal es una reflexión sobre el estado constante de vigilancia en el que nos encontramos en la actualidad, en el que todas nuestras interacciones son observadas (y, en esta obra, escuchadas) por nuestros dispositivos digitales con el supuesto objetivo de vendernos cosas y facilitar nuestra vida. El compositor juega con un pulso constante que marca la electrónica, que los demás instrumentos a veces siguen y a veces rechazan en un juego de tensión que requiere que intérpretes y público entren en un estado de "hiperatención". Por momentos, el ensamble toma el control de la pieza y marca el flujo de las ideas. Mediante esta exploración del pulso, Sigal cuestiona el uso irracional de las comunicaciones digitales y nos invita a imaginar otros futuros posibles de las tecnologías de la comunicación.
Correlaciones de Roberto Morales es una pieza experimental escrita con el uso de redes neuronales. La obra hace uso de un modelo de aprendizaje por refuerzo, con el que se programó un sistema generativo que fue enriqueciéndose en la medida que se fueron agregando elementos y gestos musicales. El software genera una gran cantidad de materiales que fueron posteriormente reinterpretados para formar esta pieza. El compositor compara el proceso con la elaboración de un mezcal madrecuishe. El agave madrecuishe es silvestre, y hay que salir al campo a encontrarlo, en analogía a la exploración que se realiza en la elaboración del algoritmo. Una vez encontrado el agave y cortada la piña, se pasa por un proceso de cocimiento, molienda, fermentación y destilación en el que la mayor parte del material original se pierde, y lo que queda es una preparación deliciosa e interesante.
Notas: Elisa Schmelkes