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Ciclo sinfónico OJUEM | Rimsky-Korsakov

Ciclo sinfónico OJUEM | Rimsky-Korsakov

Nikolai Rimsky-Korsakov (Tikhvin, 1844 - Luga, 1908)
Scheherezade, Op. 35
En el siglo XIX las culturas de Medio y Lejano Oriente ejercieron en la imaginación de muchos de los países europeos una intensa fascinación, que no sólo se vio reflejada en los temas de un número considerable de obras de arte, como el cuadro La gran odalisca de Ingres, la novela Salambó de Gustave Flaubert o la obra de teatro Salomé de Oscar Wilde, por sólo citar algunos ejemplos tomados de distintas expresiones artísticas, sino en la manera en la que su influencia transformó los lenguajes artísticos. Basta recordar el efecto que las estampas japonesas produjeron en las concepciones pictóricas de Manet y los impresionistas, o la música de las orquestas gamelán provenientes de las islas de Java y Bali en la música de Claude Debussy. La Rusia Imperial no permaneció ajena a este encanto y muchos de sus artistas encontraron en el exotismo oriental una gran fuente de inspiración. Así, entre las cosas provenientes de Oriente que mayor asombro despertaron en una Europa cansada de sí misma y ávida de maravillas de otras tierras se encontraba uno de los libros más fascinantes de la historia de la literatura, Las mil y una noches. «¡Sigue adornando nuestras orejas con las perlas de tus cuentos!», le dice el Sultán Shariar a su esposa Scheherezada en una de esas noches a lo largo de las cuales el hontanar de la imaginación de su mujer mantuvo cautivada su atención con sus historias, prolongando así de uno a otro amanecer la ejecución a la que estaba condenada, hasta lograr obtener el perdón de su marido. Castillos de oro, palacios de esmeralda, jardines de perlas, ciudades de cobre, cuevas prodigiosas, lámparas maravillosas, genios malvados, casadas infieles, ladrones arrepentidos, gallos sabios, terneras encantadas, papagayos indiscretos, e infinidad de lugares, objetos, animales y personajes pueblan la multitud de narraciones picarescas, místicas, amorosas, didácticas, satíricas, guerreras, etcétera, con las que Scheherezada logró que el sultán depusiera la cólera que en él había despertado la infidelidad de su primera mujer. Fue precisamente a partir de la lectura de Las mil y una noches que Nicolai Rimsky- Korsakov concibió la idea de componer su suite sinfónica Scheherezade.
Después de haberse dejado arrastrar por el furor nacionalista que lo llevó a formar parte del Grupo de los Cinco y cultivar una forma de componer alejada de la disciplina académica, Rimsky-Korsakov decidió crear en 1888, ya con pleno dominio del lenguaje armónico, contrapuntístico y formal y poseedor de una deslumbrante técnica de orquestación, una serie de cuadros sinfónicos tomando como punto de partida algunas de las narraciones contenidas en Las mil y una noches, entre las que podemos reconocer claramente Los viajes de Simbad el marino y La historia del zaluk el tercero, que pertenece a la Historia del alhamel y las mocitas. En la primera se inspiran los movimientos primero y tercero de la obra, y la segunda da origen al segundo movimiento, mientras que el tercero refleja muchas de las historias de amor entre príncipes y princesas presentes en la obra como la Historia del matrimonio del Rey Badr Basim, hijo del Rey Sahramán, con la hija del Rey Samandal.
Aunque originalmente Rimsky-Korsakov le asignó títulos a cada uno de los cuatro movimientos que componen la obra (1. El mar y el barco de Simbad, 2. La historia del Príncipe Kalendar, 3. El joven príncipe y la joven princesa y 4. Festival en Bagdad. El mar. El barco se estrella contra un acantilado coronado por un jinete de bronce), al final los retiró persuadido de que lo mejor era que la música por sí misma evocara las atmósferas propias de los cuentos maravillosos en los cuales estaban inspirados, y de esta manera evitar condicionar la audición a un programa narrativo demasiado definido: «Todo lo que yo deseaba era que el escucha, si gustaba de mi obra como música sinfónica, tuviera la impresión de que no hay duda que se trata de una narrativa oriental basada en cuentos maravillosos y no sólo cuatro piezas tocadas una tras otra y compuestas sobre una base de temas común a todos los movimientos.»
Notas: Roberto Ruiz Guadalajara

Participantes

Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata
Gustavo Rivero Weber, director artístico
Nadir Khashimov, violín

Programa

Nikolai Rimsky-Korsakov (1844-1908)
Scheherezade, Op. 35
I. El mar y la nave de Simbad
II. La historia del príncipe Kalendar
III. El joven príncipe y la joven princesa
IV. Festival en Bagdad. El mar. Naufragio. Final
Duración aproximada: 42 minutos

Semblanza de los participantes

Nadir Khashimov
Violín
Nadir Khashimov comenzó sus estudios con su padre Vakhob Khashimov a los 7 años. Continuó su formación con Sergiu Schwartz y Patricio Cobos en la Universidad Estatal de Columbus y posteriormente con Pamela Frank y Shmuel Ashkenasi en el Instituto de Música Curtis donde recibió su título de licenciatura. En 2006, obtuvo el segundo lugar del Concurso Paganini de Moscú; también ganó el Concurso Sarasate en España, el George Enescu en Rumania, el Internacional de Washington en Estados Unidos, el Michael Hill en Nueva Zelanda y el Yankelevitch en Rusia, entre otros. Ha sido solista con la Orquesta de Filadelfia, la Orquesta Nacional de Rusia, la Filarmónica de Moscú, la Sinfónica de Londres y otras orquestas, bajo la dirección de Kevin Griffiths, Vasily Petrenko, Vladimir Ziva, Gintaras Rinkevicius, Gábor Takács-Nagy, George del Gobbo y Vladimir Spivakov. Ha tocado música de cámara con Zakhar Bron, Joseph Silverstein, Daniel Phillips, James Buswell, Ferenc Rados, Pamela Frank, Roberto Díaz, Colin Carr, Jason Vieaux y Ralph Kirshbaum. Se ha presentado en escenarios de Francia, Estados Unidos, Rusia y otros países.

11 de septiembre
6:00 p. m.